Consultoría digital: ¿el futuro de la comunicación online?

Debemos tener algo claro: nada volverá a ser cómo antes. No tiene sentido esperar a que las cosas se normalicen. Eso no va a suceder. La coyuntura actual nos obliga a cambiar prácticas tradicionales en varias disciplinas. Una de ellas es la comunicación online. Por eso, en el artículo de hoy hablaré sobre qué es la consultoría digital y por qué puede ser el camino a seguir para muchos comunicadores.

¿Qué es una consultoría digital y por qué es importante en esta coyuntura?

En mi artículo Comunicación visual te conté sobre la dificultad de encontrar clientes en la actualidad. Si alguien tiene un negocio en crisis, en lo último que pensará es en contratar una agencia de publicidad. La comunicación es muy importante, ¡por supuesto! Pero las formas de comunicarnos pueden adaptarse a la realidad económica de las empresas.

Es por eso que resulta muy común ver a los dueños de los negocios manejando su propia publicidad o redes sociales. Y, con lo accesible que se ha vuelto la tecnología, es algo que tiene sentido. Más aún en épocas de crisis. Pero, en este escenario, ¿qué podemos hacer los comunicadores para sobrevivir?

Es ahí donde cobra relevancia el concepto de consultoría digital. Si bien, los empresarios pueden aprender herramientas digitales para manejar su propia comunicación, no necesariamente van a saber cómo hacerlo bien. Necesitan a alguien que les enseñe y les acompañe en el proceso.

Por tanto, un consultor digital puede ser el perfil requerido para una organización o emprendimiento en la actualidad. Un profesional que no maneje las redes sociales o sitios digitales de sus clientes, sino que les enseñe a hacerlo bien.

De esa manera, el cliente estará en control de sus sitios y no tendrá que cargar con un fee mensual que no esté en capacidad de pagar. Pero, tendrá la asesoría necesaria para cumplir sus objetivos comunicacionales.

¿Qué beneficios trae para un comunicador convertirse en consultor?

Hemos analizado desde la perspectiva del cliente la importancia de cambiar el enfoque de sus comunicaciones en tiempos de crisis. Pero, ¿eso es bueno para los comunicadores o las agencias? En pocas palabras, sí.

Contaré un poco de mi experiencia personal. Los últimos años, ganar clientes para mi agencia se había convertido en una odisea. Lograr que un cliente potencial me atienda, ya de por sí era difícil. Luego, convencerlo de que trabaje conmigo se llegaba a convertir en un proceso largo y poco productivo. Además, que debía ajustarme a un mercado ultra económico.

Hay una práctica muy mala que está aceptada en el mundo empresarial que son las licitaciones. Estas se tratan de hacer trabajos gratis, junto con otras agencias, para que los clientes decidan a quien contratar. No suena tan mal para quien gana la cuenta. Pero, quienes la pierden, habrán dedicado tiempo y recursos sin haber percibido un dólar a cambio. Un tiempo totalmente desperdiciado.

Otra práctica ineficiente, son las reuniones alargadas. Por experiencia propia sé que a los clientes les encanta reunirse. ¿El problema? Que no nos pagan a los comunicadores por reunión. Nuestros ingresos provienen del trabajo que entreguemos. Rara vez se toma en cuenta las horas que pasamos en las oficinas del cliente o el tiempo que invertimos para llegar a ellas. Nuevamente, otro proceso improductivo que debería ser eliminado.

En tiempos de crisis nuestros procesos deben ser ultra eficientes

Estamos en emergencia. ¡Debemos ser productivos! Además de los procesos de licitación, las reuniones alargadas y los tiempos de traslado, la gestión de cobranza muchas veces es otro factor que nos quita tiempo valioso. Deberíamos estar produciendo, no rogando porque nos paguen.

Por eso he sugerido las consultorías digitales como salida a la situación que nos encontramos. ¿Cómo lo hacemos en Castelvania? A través de la asesoría por hora mediante videoconferencias. Es decir, hora trabajada, hora pagada. Así, optimizamos nuestra gestión y logramos trasladar ese beneficio al cliente a través de un mejor precio.

Por otro lado, el cliente no se compromete a un pago fijo a largo plazo. Únicamente cancela por cada hora de servicio. Es un ganar – ganar. Otorgamos una buena asesoría a un precio pagable en épocas de crisis y hacemos valer nuestro tiempo. Y, mientras no estoy capacitando, continúo construyendo mi marca personal.

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¡Nos vemos pronto!